Recibimos el whatsapp de Miguel:
¿vienes a comer a mi casa?
Vamos entrando en casa de la familia
anfitriona, nos recibe Tobías con pequeños ladridos dando saltos de
alegría hasta dar la orden: Tobías, sé que me quieres mucho, ¡para
ya! Entonces meneando la cola nos acompaña generalmente hasta la
cocina adonde nos dirigimos, el olor de las comiditas de Mamá Lu es
demasiado atrayente como para ir a otro lugar de la casa.
Cada domingo anterior Mamá Lu nos
pregunta por orden correlativo cuál es la comidita que más nos
gusta, la cocina el domingo siguiente. ¡Todo un lujo!
Poco a poco, se van incorporando todos
a la tertulia y aperitivo; besos, abrazos, alegrías.
La actividad, algabaria sube por
momentos todos queremos hablar, reír, ponernos a la última de los
asuntos de los otros.
¡A poner la mesa! Miguel y Bruno Jr
son los que se encargan habitualmente de hacerlo, los demás también
ayudamos, sin perder el hilo de lo que se habla a la vez que vamos y
volvemos del comedor.
Todos sentados para comenzar a comer,
los ojos se clavan en el menú cocinado: qué buena pinta tiene, qué
bien huele.
- Un segundo, “Ro, la foto”.
Mamá Lu o Mer (nadie mejor que Miguel pronuncia su nombre)
comienzan a servir la comida.
Mer no quiere engordar, aunque se le
hace irresistible y repite comida, ¡está tan rica! Dice a modo de
excusa dando pie a que le hagamos bromas.
Tenemos un vegetariano al que se le van
los ojos y el estómago detrás de lo que los demás saboreamos en
nuestro paladar, aunque todo hay que decirlo su mamá elabora
especialmente para él comidas que más quisieran algunos
vegetarianos para ellos. ¡Ay esa lasaña totalmente casera!
Qué decir de las comiditas, que no hay
comida más rica que la elaborada por una Mamá de familia numerosa
con mucho amor, cariño y buena mano en el arte de cocinar.
Llegan los postres, si hay helado
sabemos que Bruno padre será quien se deje vencer por la tentación.
En la sobremesa Mamá Lu refleja en su rostro
la felicidad de haber sabido que sus comiditas han sido todo un éxito
y haber tenido a todos los polluelos bajo su ala, dándonos ese calor
de hogar y familia tan imprescindible en la vida.
En el momento de recoger, ¿Alfredo?
¡Alfredo! Buff ha desaparecido es su especialidad.
Subimos las escaleras y nos vamos al sofá que es muy grande, cada cual
tiene su sitio preferido así que a correr toca para que nadie lo
ocupe antes que tú.
En la televisión una película a la
que nadie hace caso. So, siempre dice que son buenísimas, en cinco
minutos está completamente dormida con la boca abierta en su sillón
favorito.
Después del paréntesis del verano
hemos comenzado de nuevo a reunirnos los domingos, se echa de menos
a Mer y So, ¡Venid a visitarnos!
Al final de la tarde nos dispersamos,
despedidas y pensando como dice la canción: “cuando será domingo
Mamá Lu para volver”.
1 comentario:
Me siento tan afortunada de haber podido compartir con vosotros cada domingo...lo pienso y se me hace la boca agua. Que buenas comilonas, y q tremendas siestas para reposar. Eso si, nos quedamos sin ver el guateque jajajja
Os echamos de menos a todos, y a las comiditas de mama Lu sobre todo... Mmmm hecce humus
Muchos besos y tranquilas chicas, que volveremos algún domingo.
So (ladelabocaabierta)
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